Formar parte de círculos puede hacernos sentir bien, aunque por fuera de ellos muchas y muchos quedamos excluidas y somos rechazados.
Aunque en nuestra condición humana somos iguales, existen círculos sociales que nos vuelven desiguales. Las relaciones de poder, el dinero, la familia, la escuela, el trabajo y el barrio en el que vivimos pueden hacernos muy diferentes.
Hay círculos muy poderosos en los que se toman decisiones que influyen en la vida de muchas personas. Ingresar a esos círculos es muy difícil y es muy raro que quienes forman parte de éstos quieran o puedan salirse de allí.
Las personas nos reunimos en círculos desde el inicio de la humanidad, para dar la bienvenida o despedir a nuestros seres queridos, conversar, manifestarnos o danzar. En círculos podemos hacer rodar ideas asociadas al buen vivir colectivo.
Las madres de las y los detenidos desaparecidos en la última dictadura militar caminaban en círculos alrededor de la Plaza de Mayo para hacer visibles las injusticias de aquel período y reclamar por la verdad.
En reuniones circulares las personas compartimos nuestras historias y construimos lazos sociales más fuertes.
Algunos círculos, los de las amistades por ejemplo, pueden convertirse en espacios de cuidado y solidaridad en los que nos sentimos más protegidos.
La muestra en escuelas
Actividad
Cuando participamos en danzas circulares y juegos de rondas, los ritmos y las melodías nos convocan al encuentro, al canto y al movimiento. Te proponemos mirar y escuchar esta ronda musical.